La educación inclusiva
implica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad aprendan
juntos independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales,
incluidos aquellos que presentan una discapacidad.
Para ello, se debe modificar la estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica de las escuelas para así dar respuesta a las necesidades educativas de todos y cada uno de los niños y niñas, consiguiendo el éxito en su aprendizaje y participando en igualdad de condiciones. La inclusión no implica tantos tratamientos educativos especializados, sino respuestas educativas personalizadas desde un planteamiento global.
Para ello, se debe modificar la estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica de las escuelas para así dar respuesta a las necesidades educativas de todos y cada uno de los niños y niñas, consiguiendo el éxito en su aprendizaje y participando en igualdad de condiciones. La inclusión no implica tantos tratamientos educativos especializados, sino respuestas educativas personalizadas desde un planteamiento global.
Para llegar a una educación inclusiva, hemos pasado por una serie
de etapas donde se han producido numerosos avances y retrocesos en la Educación
Especial, influidos por la política del momento.
En la Antigüedad, se llevó a cabo una exclusión, donde los niños con alguna diversidad funcional eran rechazados socialmente ya que no los consideraban como normales, perdiendo todo su derecho a la educación.
En la Antigüedad, se llevó a cabo una exclusión, donde los niños con alguna diversidad funcional eran rechazados socialmente ya que no los consideraban como normales, perdiendo todo su derecho a la educación.
Fue en los años 70 cuando se empezó a dar un paso hacia la inclusión. Se produjo un avance tanto médico como educativo, en cuanto a recursos y estrategias, pero no se consiguió llegar a una total inclusión, por lo que esta etapa se denominó integración. Lo que quiere decir, que los niños y niñas con alguna discapacidad tenían derecho a la educación y estaban incluidos en las aulas, pero en ocasiones salían de ésta para tener apoyo adicional con un profesor especializado.
La inclusión es el último paso para lograr una educación que reúna a todos por igual. A finales del siglo XX se produce un paso de la integración a la inclusión educativa, sin lograr conseguir su totalidad en la actualidad, ya que no siempre los docentes están involucrados y/o capacitados en este cambio y no hay gran cantidad de recursos para poder llevarla a cabo. También debemos conseguir que la gente cambie la mentalidad hacia estas personas.
Mientras que la integración se preocupó en exceso del paso de los alumnos de los centros especiales a los ordinarios, la inclusión se interesa por el grado de participación de estos alumnos en las actividades de la educación.
Los valores de solidaridad, igualdad, respeto
y tolerancia deben estar siempre presentes en el aula para
conseguir mejorar la inclusión educativa. Estos valores han sido incorporados
al currículo como temas transversales para así poder trabajarlos en nuestras
aulas.Los niños deben aprender a respetarse a sí mismos y a los demás,
aceptarse con sus virtudes y defectos, aceptar a sus compañeros tal y como son…
En lo referente al currículum de la Escuela Inclusiva, debe ser flexible, común, y en continuo cambio, cuyos fundamentos proceden de la atención a la diversidad de capacidades, intereses y ritmos de aprendizaje; de la flexibilidad y logro de los objetivos; de la concepción del aprendizaje… La metodología será activa y participativa, en la que se potencie y favorezca el protagonismo de los alumnos. Las áreas de un currículo en la Escuela Inclusiva serán aquellas que respondan a las necesidades y características de la comunidad educativa
Para llevar a cabo la inclusión, hay que reflexionar sobre la educación desde varias perspectivas, con el fin de alcanzar una respuesta educativa, lo más ajustada a la realidad del aula.
Por ello, debemos lograr una escuela inclusiva sin dejar de lado la calidad de la educación, consiguiendo de esta manera un equilibrio entre ambas, ya que estos dos conceptos van de la mano. Aprendiendo a vivir con las diferencias de las personas y la necesidad de adaptación a una cultura hegemónica.
Los proyectos inclusivos que más me han llamado la atención y que con ellos se puede aproximar la inclusión a la realidad escolar son: el Proyecto INCLUD-ED y el Proyecto INCLUES.
El Proyecto INCLUES, se centra en el desarrollo de la capacidad de aprender a aprender, aportando herramientas útiles a los alumnos para su vida escolar y para su día a día. Con este proyecto se quiere activar las habilidades cognitivas básicas del niño, las que son requisito para los aprendizajes académicos, sociales, artísticos y emocionales.
El Proyecto INCLUD-ED, el cual busca estrategias en base al principio de equidad, realizando comparaciones entre diferentes países. Y su objetivo principal es favorecer el éxito en la educación y la inclusión social a lo largo de las distintas etapas de la enseñanza obligatoria.
La guía para la evaluación y la mejora de la educación inclusiva, se denomina Index for Inclusion, escrita por Mel Ainscow y Tony Booth. Estos autores dicen: “tenemos que empezar a evaluar lo que importa y no sólo a dar importancia a lo que evaluamos”.
Por ello, esta guía sirve a los centros docentes para revisar el grado en el que sus proyectos educativos, curriculares y sus prácticas de aula tienen una orientación inclusiva; y además es una guía para iniciar y mantener un proceso continuo de mejora, en términos de eliminación o minimización de aquellas barreras sobre las que el propio centro haya considerado prioritario intervenir.
El Index también nos habla sobre la importancia de las políticas, las culturas y las prácticas inclusivas en la escuela. En cuanto a las políticas inclusivas, es importante desarrollar actuaciones de mejora del aprendizaje y la participación de todo el alumnado. La cultura inclusiva, está orientada hacia la creación de una comunidad escolar colaboradora, segura, acogedora, en la que todos y cada uno de sus miembros se sientan valorados. Y por último, en relación a las prácticas inclusivas, tenemos revisar si las actividades que se desarrollan en el aula y las extraescolares son accesibles para todos los alumnos, mediante los recursos que estén a nuestro alcance.
Para dar respuesta a la diversidad y hacer posible la inclusión se deben de intentar llevar a cabo unas estrategias como el trabajo por proyectos y las inteligencias múltiples. Es muy importante un trabajo cooperativo tanto dentro del aula con los alumnos y profesores, como fuera de ésta con las familias.
También es significativo tener en cuenta que una educación inclusiva no debe juzgar, por lo que hay que eliminar todas las barreras posibles. Nosotros los maestros tenemos que educar en valores a nuestros alumnos y alumnas para que respeten las diferencias y todos tengan igualdad de oportunidades. La inclusión empieza por el respeto y la comprensión.
Las necesidades educativas especiales son medidas que establece la
escuela cuando un niño o niña muestra dificultades mayores que sus compañeros,
para acceder a los aprendizajes que se determinan para su nivel. Cuando esto
ocurre, la escuela plantea adaptaciones en el currículum y estos niños son
denominados alumnos con necesidades educativas especiales (ACNEAES).
La LOE cita en su artículo 74.1. que “La escolarización del alumnado que presenta necesidades educativas especiales se regirá por los principios de normalización e inclusión y asegurará su no discriminación y la igualdad efectiva en el acceso y la permanencia en el sistema educativo”.
Las necesidades educativas especiales pueden ser temporales (adaptaciones que se requieren en un periodo de tiempo) y permanentes (duran toda la escolarización) y a su vez pueden ser debidas a causas: físicas, psíquicas, situaciones socio-familiares, etc.
En cuanto a los recursos personales están el Equipo de Atención Temprana (EAT), cuyo objetivo es mejorar la respuesta educativa a los alumnos de 0-6 años. Al ser tan pequeños es difícil saber a ciencia cierta cuáles son sus problemas, por lo que se les diagnostica retraso madurativo.
El Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP), está destinado a los alumnos de primaria y son los responsables de realizar la evaluación psicopedagógica. Se los realiza una revisión al pasar de ciclo y otra más adelante para ver sus progresos.
El departamento de Orientación, pertenece a la ESO, y su función es la de facilitar la atención a la diversidad del alumnado tanto a través de los procesos de enseñanza que se desarrollan en las distintas áreas curriculares como a través de la acción tutorial y de la orientación académica y profesional.
Por último hay que destacar a los Equipos Específicos, su trabajo se dirige a dar una respuesta educativa de calidad a los alumnos y alumnas con necesidades derivadas de discapacidad sensorial (auditiva y visual) y motora.
Los apoyos educativos y terapéuticos son esenciales para conseguir el mayor grado de integración para los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales.
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